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PRÓXIMA NOVELA

En el 36 se cometieron un sinfín de agresiones sexuales; pero no pararon ahí. En segundos matrimonios, hubo niños y niñas que fueron abusados sexualmente por el padrastro, niñas que no pudieron ir a la escuela porque tenían que cuidar de sus hermanastros y hacer las tareas del hogar. Y madres que despreciaban al hijo o hija del primer matrimonio porque no podía soportar el dolor de recordar las humillaciones sufridas.

En las entrevistas para La peña fue testigo recibí algún sutil comentario sobre abusos a mujeres y niñas; muy pocos y muy breves. En ese momento agachaban la cabeza. QUIEREN CONTARLO, PERO NO PUEDEN

Estas historias solo las saben las abusadas y una sola persona, generalmente un descendiente, con el que se han desahogado. No quieren que el resto de la familia sufra por todas las humillaciones a las que fue sometida la “abuela”.

LA SOLUCIÓN: UN PUEBLO FICTICIO donde los personajes vivirán los desgraciados hechos que algunas personas todavía se niegan a creer. Ese es el punto de partida de mi segunda novela.

Si tu abuela, madre, tía o bisabuela tiene una historia que contar al mundo, déjame aquí tu testimonio, POR PRIVADO Y DE FORMA ANÓNIMA. Y si decides que hablemos personalmente estaré muy agradecida. 

Todavía no tengo el nombre del pueblo ¿se te ocurre alguno?

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